COMADRONA INDEPENDIENTE

opiniones sobre parto natural que puedan guiar a las mujeres

Tuesday, January 03, 2006

Holanda la obstétricia vanguardista en crisis.

Así se podría titular la situación analizada del tema de los partos a domicilio de los registros para el 2003. (Imposible escribir en Diciembre se han ido acumulando cosas que han hecho imposible la puesta al día del blogspot)
Ha aparecido en prensa las conclusiones de la comisión formada por Asociación holandesa de Medicina Perinatal, la Fundación para el Registro Perinatal y el Colegio de Aseguradoras del ramo con unos resultados sorprendentes. Holanda mayor índice de muertes perinatales de Europa Occidental con 13,4 fallecimientos por cada mil bebés nacidos. Donde al menos ¡1 de cada 11 casos fatales podría atribuirse a la mala calidad de los cuidados recibidos por la madre! Como todo el mundo conoce Holanda es conocida por que la mayoría de la asistencia al trabajo de parto se realiza a domicilio (sea cual sea el domicilio). Parece que la mayoría de las muertes (38%) fueron debidas a problemas con la placenta y con la falta de celeridad de las comadronas o falta de reacción oportuna tanto de las usuarias como de los ginecólogos implicados. Noticia que da que pensar y rebate la corriente de máxima actualidad que afirma: "de que como es natural no hace falta criterios" o da a entender de que en el primer mundo como nunca pasa nada se puede hacer de más y de menos; pues va a ser que no, que esta información hace un llamamiento a una valoración de los límites y de los protocolos de actuación profesional en el tema del parto natural y a domicilio.
Siempre he defendido de que cada mujer es diferente, pero también me hubiera gustado desarrollar el debate sobre mínimos que aseguran la vida para madres e hijos en la asistencia domiciliaria, pero las discusiones de rivalidad entre los partidarios de una asistencia hospitalaria (sinónimo de altamente tecnificada) y los de la asistencia domiciliaria (practicamente arbitraria y contestataría) han hecho imposible el debate. Como siempre, es necesario que aparezcan noticias tan alarmantes para poner encima de la mesa la necesidad de reflexionar y replantear como se hacen las cosas, con que criterios y con que grado de flexibilidad. Leboyer hace muchos años y en su último libro "Parto: crónica de un viaje" ponía encima de la mesa el tema más peliguado de la asistencia obstétrica: el alumbramiento placentario. Odent últimamente plantea (alegando a las connotaciones mamíferas de nuestra especie) como se debería prevenir el tema. Pero en la realidad siguen apareciendo lagunas y momentos críticos para la vida de la mujer y su bebé, y desde mi criterio se tendría que tener en cuenta lo sucedido en todo el proceso porqué puede ser que analizado con otros ojos se pudiese ver cuales ingredientes de la receta individual van a incidir en el riesgo y el resultado perinatal y materno y ni que decir tiene que ello es complementario a la necesidad de revisar la actitud profesional ante los problemas del puerperio inmediato (escasamente valorado).
Quién me conoce sabe y lo he defendido muchas veces públicamente que creo que la obstétricia es un arte no solo por los gestos que la definen en la clínica sino porque cada vez más es mucho más compleja la asistencia a mujeres más exigentes, a veces más despistadas y con alto nivel de exclusividad en la vivencia. Las implicaciones, expectativas, condiciones de vida, esclavitudes personales y sobre todo las corrientes de pensamiento hacen que combinar la salud, la prevención, la satisfacción, la entrega y el crecimiento personal provoquen un coctel delicado para conseguir que sea digestivo, saludable y enriquecedor para todos los que participan en el tema de la procreación de nuestra especie. Feliz año 2006.

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