COMADRONA INDEPENDIENTE

opiniones sobre parto natural que puedan guiar a las mujeres

Thursday, January 21, 2010

AVISO QUE NO DEPRESION ANTE EL DESFASE REINANTE


Ha aparecido en la contra de La Vanguardia del martes 19 de Enero del 2010 una entrevista a una neurobióloga afincada en Arizona donde además de vivir, parir y trabajar pasándoselo bien, afirma que no cree en el alma como consecuencia de su trabajo mal entendido, ya que dice que es atea porque todo es un producto del cerebro. Resulta que con esta afirmación esta evidentemente colgada de su cerebro, pues si todo es producto, es preciso buscar (ella es investigadora y podría aplicarse el cuento) lo que en realidad está más allá del cerebro, es decir cierta realidad que no depende de nuestra producción individual y que ofrece referencias certeras de la vida.
No sé como habrá parido la señora (gallega de origen y mi experiencia con las gallegas que he conocido es qué tienen mucho miedo al dolor y al parto) pero sigo pensando que hay algo de lo corporal que en un parto está bien definido que permite mantener el coco a raya –si una se lo permite- para poder vivir o vivenciar esos aspectos vitales que no son producto del cerebro, sino de la unión afectivo-sexual humana y que permiten procrear la especie para “el sostén o la destrucción” de este mundo y sus referencias. Y no me refiero a que las mujeres se remitan a su condición biológica, no hablo de que como mamíferas pueden abandonadas a su “instinto” parir en las condiciones “salvajes” de esa posibilidad; sino todo lo contrario que tienen a su alcance, sin depender de luces, sombras, juegos, … poder percibir emocional y atentamente (conceptos que ella nombra en su entrevista para acabar diciendo que las conexiones entre estas dos cuestiones no desconocidas para la neurociencia cognitiva actual) como la vida se testifica en ellas, en sus criaturas al ver la luz y venir al mundo (donde no nos engañemos, precisamos algo más que “correspondencia entre nuestra percepción subjetiva y el mundo real” y no tan sólo “para no andar chocando contra los muebles” sino como acaba diciendo en su entrevista -Ima Sanchís es la periodista que la firma- para no devenir autistas de la realidad y de la sociedad en la que vivimos)
Como dice mi marido ha llegado a la misma conclusión que los monjes espirituales orientales hace miles de años pero no ha ido más lejos. A lo mejor no sabe que es posible ir, como del mismo modo a lo mejor las mujeres no saben que pueden en sus partos dar a luz a nuevas vidas y no tan sólo recrear la suya. Vivir la vida es algo más generoso y amplio que estarse todo el día mirando el ombligo, bajo la excusa del Yo, de los traumas o de los placeres. Las mujeres que han sostenido y perpetuado la vida creciendo en el intento, se están olvidando de sus fines para confundirse en sus caminos. Es preciso abrir nuevos horizontes, recuperar lo que es valioso de nuestro pasado, mirar al futuro con amplitud de miras y con deseos comprometidos con nuevas generaciones que precisan que algo siga funcionando para poder ser una realidad como mínimo tan potente como la que nosotros hemos sido, pero menos destructiva y egoísta pues tal y como vamos no iremos muy lejos.

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