COMADRONA INDEPENDIENTE

opiniones sobre parto natural que puedan guiar a las mujeres

Thursday, June 04, 2009

NUEVA DENOMINACION


Con la excusa del anuncio del colchón y de regreso a este mi país, me “desmeleno” para reinventarme de nuevo.
Antes de partir a Rwanda, el anuncio publicitario mostrando un parto a domicilio para aconsejar la compra de una determinada marca de colchón, a mí personalmente me pareció una osadía, un equivoco y además una banalización de la experiencia íntima de dar a luz.
Las primeras reacciones que conocí, fueron las de un grupo de abanderadas feministas que por la red de mujeres profesionales de la salud brindaron por la iniciativa pública del uso de una experiencia de tal nivel de evidencia humanitaria (énfasis en el detalle: que en donde habitualmente se hacen los niños –generalmente-, allí deben parirse: cuestión que comparto totalmente) En primera instancia no estuve absolutamente de acuerdo con tal profusión de alegría pues me parecía que podía generar malos entendidos el montaje (por otra parte muy amorosamente combinado y agradable de visionar) y el mensaje que podía reafirmar cierta idea de “naturalismo” que no comparto en absoluto.
Bueno al llegar mi sorpresa ha sido mayúscula, la SEGO con su presidente al mando ha denunciado la campaña por publicidad engañosa, y saliendo por peteneras, plantean tal niño con pataleta que lo que se visiona de un parto a domicilio es peligroso,….. aduciendo entre otras cuestiones argumentos no veraces, por ejemplo la no asistencia profesional, pues la comadrona que atiende a Carolina es una profesional que lleva muchos años de ejercicio profesional, que se llama Sofía (otra cuestión es valorar como lo hace,… pero como a cualquier otro profesional)
Con todo este lío es evidente que quien ha salido más beneficiado es la marca del colchón pues ocurra lo que ocurra es un plus de publicidad a la iniciativa llevada a cabo con ese anuncio.
De todos modos a mí me parece que hay algo que queda al margen, y a mí de toda esta historia es lo que más me preocupa, y que me motiva este blogspot. La imagen de Carolina (así se llama la mujer que conozco hace unos años pues es profesora de danza del vientre y tome clases con ella) que pare sometida a una idea, pero no conectada con su cuerpo, pare remitida a su condición biológica y no vinculada a otra posibilidad que –para mí diferencia los partos en casa de los del hospital- se da en cierta actitud hacia dentro, íntima; no de esfuerzo, sino de entrega; no de heroicidad sino de donación.
Definitivamente no estoy de acuerdo con reivindicar simplemente el aspecto animal de nuestra condición femenina, de esa clasificación como mamíferas –que tanto impacto produjo ese recuerdo hace unos años-, o bien la titulación de “parto instintivo” para definir el parto natural; no voy a avalar ni voy a volver a utilizar esa denominación con respecto a esa manera de definir una recuperación de la experiencia femenina de parir a partir de las posibilidades personales de cada una, sin jugarse la vida en el intento y con la máxima conciencia del evento para gozar de la vida, sentirse encantada de decidir ser madre y poder crecer como ser humano a partir de una misma, del sí misma, entendido como unidad entre afuera y adentro.
Como comadrona asisto partos clínicos e individualizados en casa de las mujeres que quieren en este siglo XXI aprovechar todas las posibilidades de las que disponen sin olvidarse de las mujeres que pagan gravemente su posibilidad procreativa (morbilidad y mortalidad) y de toda la historia de la evolución obstétrica de la humanidad. Cómo se puede olvidar que somos corporales y culturales, “cruzados” por el lenguaje, mortales y evolutivos, sensoriales y espirituales. Me niego a seguir utilizando esa definición pues no consigo aclarar a pesar de todos los matices que explicito que es necesario no perder de vista ese aspecto que hace diferente, que permite que cada mujer pueda hacer su propio viaje en su experiencia vital y de fertilidad humana.
Cuidado con las imágenes porque estas deben decir las palabras, como las palabras deben decir a las imágenes y en este caso empiezan a confundirse demasiadas cosas para no decir nada, o mejor dicho, para no decir lo que es fundamental. Atención porque si no es la marca, también se puede parir, porque a pesar del colchón o del deseo hay bebés que precisan una cesárea para nacer (no solamente por arbitrariedad médica, sino por necesidad clínica), porque para ser madre no es preciso que el parto sea vaginal y porque si el parto no es vaginal no tiene que situar a la madre en condiciones de terapia para reordenar su “fracaso” o frustración femenina de ser (no sé como decir). Atención no pienso que podamos seguir liando el tema de este modo tan poco riguroso.
Mi aportación evolutiva en estos 29 años de profesión ha pasado desde Asistir partos en casa a Asistir partos naturales a esta nueva denominación Asistir el proceso de la maternidad clínica e individualizadamente.

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