COMADRONA INDEPENDIENTE

opiniones sobre parto natural que puedan guiar a las mujeres

Monday, December 15, 2008

FIRA GIRONA : CHARLA SOBRE PARTO NATURAL

FIRA GIRONA

El día 13 de Diciembre me ofrecieron dar una charla en Girona en la III vez que se organiza unos días de cuestiones alternativas sobre ecología y prepare como preámbulo a un debate un texto con 57 imágenes que transcribo para su divulgación. La charla fluyo bien y estoy contenta de cómo se desarrollo. La titule: “Parto natural: experiencia corporal y vivencial “ señalando la importancia de contener las fantasías en el tema de moda.

Buen año 2009



PARTO NATURAL: EXPERIENCIA CORPORAL Y VIVENCIAL

Soy comadrona llevo 28 años de ejercicio profesional y desde siempre he defendido el parto natural y asisto también partos en casa.
Hoy aquí en vez de monologo me gustaría suscitar una deliberación sobre el tema del parto Me refiero a qué podríamos dialogar sobre que se entiende por parto natural.

Porque desearía ir más allá de la visión de una experta, quisiera ofrecer un panorama de conjunto, un horizonte con reflexiones sobre el tema que hoy motiva este encuentro la experiencia corporal y vivencial de un parto natural tal y como he titulado a la charla.
Mi discurso tiene como objetivo comunicar algo fundamental y dar forma a una cierta representación del tema. Representación acorde con mi responsabilidad profesional.
Mi trayectoria profesional se define absolutamente a favor del parto natural pero eso lo entiendo activamente, es decir como una decisión responsable y comprometida; y creo que en este punto se encuentran en común el espíritu del profesional y el deseo de cualquier mujer.

A partir de aquí es básico decir que se puede hablar sobre lo coyuntural y sobre la intención y no sobre lo necesario o el resultado final porque en referencia al cuerpo no es siempre posible determinar objetivos previamente fijados.

El parto es un proceso involuntario pero ello no exime de reflexión porque no es un mecanismo bío-químico-muscular-hormonal y metabólico orgánico, sino que es una experiencia humana decisiva para el mantenimiento de la especie y fundamental para la mujer que decide vivir su posibilidad diferencial biológica femenina.

Parir natural es una posición, una elección pero desde dentro de una misma para poder tener mejor conciencia de las escasas experiencias de maternidad que nosotras las mujeres, vamos a experimentar en este siglo XXI y por ello es un viaje personal.
Es algo más que un deseo, es poder sintonizarse corporalmente con otra realidad íntima y afectiva como ser humano y como mujer
Reflexión en el sentido de lo que se puede hacer, de lo que depende de uno para mantener la conciencia de lo que le sucede, de lo que acontece en su registro vital.
Es decir como facilitar, como no inhibir esa andadura de la vida humana desde lo invisible a lo visible, de ese traspaso, de ese trasvase del ser humano para ser humano, entre el estado fetal y al neonatal, entre ser mujer y devenir madre.

Eso exige ciertos descubrimientos iniciales para entender lo primordial, lo que no es negociable, lo que esta inscrito en la totalidad de un ser humano entregado a otro en su posibilidad de ser.

Si las mujeres nos disociamos de nuestra posibilidad corporal de dar a luz corremos el riesgo de enajenarnos de nuestras propias vidas. Negarse a vivir el proceso de transformación corporal puede remitir a algunas mujeres a someterse a los prototipos socio-culturales imperantes y no a su realidad personal. Puede suceder que en este lío de imágenes culturales otras mujeres se sometan a ciertas ideologías vanguardistas que proponen una vivencia salvaje del parto.
Pero es preciso declarar que si las ideologías no nos sirven para acercar la realidad a los deseos, para acercar las posibilidades asistenciales a las necesidades del binomio madre-hijo en el parto, si no nos proporcionan puentes entre lo que se puede hacer y lo que es necesario hacer no tienen validez.

En el Hospital de SALT, de Girona, centro de referencia para la asistencia al parto natural de la provincia, que tienen bañera, sillita de parto y permiten diferentes posiciones para los pujos,… El balance del año 2007 fue de 80% partos normales y vaginales, con un porcentaje total de anestesia epidural de un 52% (con un 10% cesáreas) de lo cual es fácil deducir que muchas mujeres demandan algo que no pueden sostener ni afrontar en su realidad o bien por problemas de orden obstétrico (si hacemos la resta es un 20% de los casos, lo que deja un porcentaje de 32% de mujeres que demandaron in situ analgesia)

Se aduce que los mecanismos involuntarios como es un parto, no se pueden “preparar”, pero creo que se debe tener claro que es preciso también, por una parte no inhibir y por otra facilitar su evolución. Ello conlleva saber de lo que esta hablandoporque el concepto de natural en el área obstétrica no se refiere a no notar nada y mucho menos a poder controlar las sensaciones y obliga, por tanto, a reordenar las fantasías con respecto a lo indoloro del cuerpo.
El útero gravídico al final de la gestación es el músculo más grande del ser humano, su tendencia por su grandeza a la contracción está regulada e inhibida por la progesterona que es la hormona fundamental del mantenimiento de la gestación.
Cuando se inicia cierta actividad oxitócica, que parece también se produce por indicación del feto, se promueve que la matriz pueda contraerse ejerciendo cierta acción dilatante sobre el cuello uterino permitiendo así que suavemente se inicie la abertura indispensable para facilitar el paso del bebé desde el interior del cuerpo de la madre a la independencia corporal que da posibilidad a una nueva vida humana

Y aquí ya nos encontramos con dos cuestiones básicas:
La primera es que cuando un músculo se contrae por simpatía todos los músculos cercanos también lo hacen, generando un circuito de tensión muscular innecesario para el fin de la dilatación y que impide el paso del oxigeno al feto.
La segunda es que todas las referencias de sensaciones corporales internas y viscerales, en cualquier persona adulta se van a interpretar como mensajes de dolor porque se ha aprendido que avisan de algo que no va bien; que cada cual recuerde por ejemplo los retortijones intestinales de una diarrea.

Simplemente aduciendo estas razones ya podríamos deducir un montón de cuestiones y por tanto plantear la adecuación de la necesidad de cierto “aprendizaje” o adecuación de una actitud o cierta “preparación” para poder sentir corporalmente la experiencia del parto de un modo consciente y alejado del dolor, sinónimos para mi de parto natural.

Porque en general de un parto no se habla porque la vivencia es una respuesta personal, porque las palabras a veces son difíciles para nombrar la realidad; porque a veces el presente es más para sentir que para pensar y el parto es una situación de autentico presente.

Por otra parte cabe añadir que quien da a luz no es solamente un mamífero, si lo hace desde su condición de mamífera pero también como ser racional y emotivo, lo que determina que asumiendo su naturaleza puede, si así lo decide, dar un salto cualitativo para vivir de un modo sereno ese acontecimiento extraordinario de la procreación humana.

El parto natural tiene por definición una trampa de sentido y de significado, porque requiere un don, una entrega y no es una consecución. Y esta es mi aportación original, abogo por conseguir que la experiencia sea fluida, íntima, si me permiten secreta y particular pero absolutamente profunda para el auto-conocimiento femenino sobre la propia vida.

No estoy de acuerdo con plantear el parto natural como si fuese una heroicidad femenina, la culminación de una proeza naturista o una gesta personal, creo que es todo lo contrario. En la actualidad el discurso donde puede situarse el hecho de que cualquier mujer desee ser madre es el de una octava amorosa, de un deseo de que otro sea a través de una, de que hay una entrega asumida en un parto natural, de que es un obsequio vital y vivencial. Una mujer da a luz y eso es venir a la vida a través de un don femenino insustituible. Es una historia de afecto, recibir al bebé es poder escucharse y ponerse a la escucha de vivir en otro tiempo, en otra cadencia la del bebé. De vivir en el apego y en la reserva interna de nuestra capacidad de vincularnos amorosamente a otro ser humano, lo que nos permite liberarnos de nuestra coraza individual para poder participar en una comunión humana.

En consecuencia se podría decir que modificando el tono muscular, es decir eliminando tensiones musculares y psíquicas (cada mujer las suyas) y potenciando el contacto consciente de las propias sensaciones e incluso del contacto con la pareja sería suficiente para que todo permitiera evolucionar espontáneamente.
Pero mi experiencia asistencial es que los recursos que se elaboren a nivel consciente de sentirse en cierta relajación activa, de adecuar la respiración para saber como tener un recurso que conecta lo consciente y lo automático y genera distensión y conocer los elementos anatómicos (tanto desde el saber como desde su uso adecuado) que intervienen en el parto van a proporcionar una mejor vivencia del trabajo de parto. Todo ello sin olvidar los componentes emocionales fundamentales en cualquier experiencia humana para conseguir una evolución serena en el nacimiento de un bebé.

Y una cosa es la deliberación y otra la negociación en el área asistencial, pero esto no es el objeto de la charla de hoy.
Muchas gracias por su atención.

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