SIGUIENDO CON LA JORNADA DE PARTOS EN CASA DE Febrero del 2010

Para empezar la repetición de la jornada no será el 5 de Marzo sino el 19 de Marzo y parece ser que el aforo posible podría superar el doble de él de la primera sala. Es gratis su asistencia para las asociadas al gremio.
Espero que esta vez las ponencias de datos aporten datos, que las ponencias de criterios aporten criterios, que –aunque no se pueden cambiar contenidos- exista cierta reflexión sobre axiomas que se verbalizaron en Febrero y no creo oportuno que se repitan de nuevo pues son grotescos, poco inteligentes, estériles y casi diría hasta iatrogénicos para la profesión.
No podemos volver a la obstetricia del siglo XVIII, no solamente por la morbi-mortalidad materna y perinatal, sino por respeto a nuestra propia historia humana y por las mujeres que se jugaron tantas cosas cuando no había recursos o estaban sometidas a su condición biológica para perpetuar la especie humana.
Que el parto sea una cuestión fisiológica no quiere decir que no deban haber criterios de seguimiento y de asistencia, me refiero a criterios clínicos validados por la praxis pero no por el resultado: no se puede estar 7 horas de expulsivo; no se pueden asistir aguas meconiales en casa; no se pueden atender a mujeres con enfermedades crónicas graves a domicilio; no se puede continuar abogando por lactancia maternas a demanda si los bebés no consiguen ganar peso a los 21 días de vida; aunque no se mueran las madres, ni los bebes por ello; ni se acabe con fístulas vagino-vesicales; ni los bebés sufran parálisis cerebrales; ni aunque acaben pariendo las mujeres y naciendo en casa sus hijos. Estoy en el más absoluto y franco desacuerdo, hace 30 años cuando empecé y me discute vehementemente por este tema, siempre plante que dada la estructura sanitaria y la idiosincrasia de que este tema –procreación que concierne a un tema de salud, que no de enfermedad-, me parecía que estábamos socio-sanitariamente en condiciones de abrir las posibilidades asistenciales para dar más peso a la vivencia y no a la paranoia, para potenciar los vínculos afectivos y no agravar la recuperación posterior al dar a luz ,… pero al cabo de los años la realidad es más bien escandalosa pues muchos relatos, algunas voces hablan de un pasado que no tiene sentido sostener ni aún por reivindicar como espacio femenino y de pseudolibertad –autonomía- profesional.
“Lo físico no es reflejo de lo espiritual”, uno a veces alcanza altos niveles de desarrollo “almínico” (del alma) cuando en lo físico se concentra los impedimentos psíquicos o emocionales de su personalidad (reflexionen que habitualmente los enfermos mentales tienen una salud corporal envidiable); es decir, este no es un criterio para juzgar nada, en todo caso se puede argumentar que lo físico facilita el desarrollo espiritual si pensamos en un concepto energético, de toma de conciencia y de apertura corporal.
“Si sabes, no puedes” (obligatoriamente), lo que sucede es que si tomas conciencia de algo en una dimensión o vertiente insospechada tienes más opciones y se te abren puertas pero ello no significa que puedas pasar a la acción, pues desde el conocimiento al acto hay un trecho: interiorización, reflexión, establecimiento de nuevas reacciones y el consiguiente cambio de hábitos, conexión con los impedimentos y las tentativas fallidas hasta alcanzar una nueva actuación.
“Respetar a la mujer no significa dejarla elegir” en las tinieblas de lo posible, significa ofrecerle guías y abrir caminos para que contacte consigo misma y pueda mantener conciencia de su realidad, de sus certeras posibilidades con el menor riesgo posible, el menor desgaste energético y con la mayor satisfacción y crecimiento personal deseable.
“No somos seres celulares con instintos”, gracias a Dios, los instintos tan solo son estructuras primitivas básicas en el origen pero que la cultura y el lenguaje han permitido evolucionar para adquirir libertad al devenir consciente y alcanzar un grado superior de discernimiento en referencia al sentido de la vida humana.
“En la experiencia de la maternidad hay miedos y dudas” pues no todo el horizonte es así, ni tampoco sometido a luchas por metas codificadas ideológicamente en la necesidad de reafirmarse. La revalorización de la entrega femenina como vía de “perfección” femenina no pasa por mirarse el ombligo sino por dar valor desde cada una de nosotras a nosotras mismas y por tanto a nuestra existencia y no a sus consecuciones.
Y para acabar varias matizaciones rápidas: no creo que en la actualidad, en España, se asista en casa un parto diariamente; no estoy de acuerdo con que debas acabar siendo amiga de las mujeres que atiendes, pues una cuestión es ser una profesional cercana y otra es compartir afecto en la vida íntima personal; el grupo como estructura de preparación en asistencia privada tiene sus días contados pues si no te apoyas en lo ideológico sino que vas a buscar la individualización asistencial –a la medida- eso pasa por un espacio propio y no colectivo.
Y por último comentar que la terapia neural no sirve para valoración de las cicatrices viscerales por ejemplo en el caso de cesáreas anteriores para plantearse un parto a domicilio.