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opiniones sobre parto natural que puedan guiar a las mujeres

Monday, July 05, 2010

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Realmente escandalizada por conocer que las cosas se sacan de quicio (de su lugar y no lo digo yo sino que es de sentido común -¿!-) paso a referir la última novedad en la asistencia obstétrica desmesurada, demagógica, arriesgada y francamente estúpida.
Parece que ahora es “súper”, que la placenta no se separe del bebé ni cuando deja de latir el cordón, ni cuando se ha desprendido del lecho uterino, ni cuando están en este mundo las dos porciones de la gestación completada.
Sinceramente me parece una guarrada en su amplio sentido.
Habitualmente, y hace 30 años que asisto partos a domicilio, me parecía que para hacer honor a esa parte de la “mixta” del “huevo” y la madre, de esa barrera protectora, de esa mediación natural, de esa raíz misteriosa, sanguínea y espontánea surgida en el mismo proceso fijado de la vida en las entrañas femeninas humanas eran de cajón, es decir lógico, respetuoso y además permitía fijar el final del proceso con un ritual; cuando la familia, en el periodo puerperal, podía enterrarla o utilizarla como abono para cultivo o quemarla en un reconocimiento de gratitud a la naturaleza y a la procreación –símil de la creación divina-. Ni que decir tiene que después de atender al alumbramiento de la placenta es de obligada ejecución su valoración descriptiva, morfológica y la corroboración de su integridad, para después embolsarla y congelarla pues desde siempre me he negado a tirarla a la basura como un desecho. Pero de esto a ir más allá, es pasarse de vueltas.
Parece que se ha olvidado de que la materia orgánica en este mundo sufre un proceso de putrefacción para su descomposición; que existe tétanos neonatal en función de las prácticas que se acontezcan en el nacimiento; que el pobre bebé que no tiene fuerza muscular ni para sí mismo –pues entre otras cosas, no dispone de un sistema neurológico capaz- tiene que arrastrar un peso que puede ser una quinta parte del propio (en el mejor de los casos), ya que por más cuidado que se tenga solamente se tienen dos brazos y dado el tamaño del bebé y su inhabilidad y dependencia, estos se precisan para sujetarlo. Amén del pestazo que puede generar esa materia encerrada en una bolsa sin refrigerar durante el tiempo en el qué va a permanecer junto a el bebé pues parece que solamente se podrá valorar como secundinas, secundarias, separadas y suciedad cuando el cordón se haya secado, necrosado y cicatrizado.
Y me pregunto: ¿Por qué ninguna criatura mamífera lo hace? (todos los mamíferos se la comen; una vez la probamos y no sabe a nada) Ninguna cultura, ni grupo antropológicamente hablando, que yo sepa lo hace, en ningún lugar del mundo y será por algo ¿¡no?!
En realidad creo que pasarse en la vanguardia no es una manera eminente de destacar, pues
la provocación del riesgo y más el neonatal es, mírese como quiera mirarse, una osadía irresponsable, un peligro innecesario y profundamente estéril.
Por todo lo declarado, es evidente, que no lo voy a hacer y espero que nadie me lo pida.

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