EUGESIA O LIBERTAD O RESPONSABILIDAD

En el apartado de EL PAIS de los jueves, en The New York Times , 24 de Mayo hay un artículo interesante que me ha recordado ciertas discusiones que mantenía hace ya algún tiempo con mujeres gestantes que me preguntaban sobre las pruebas de detección precoz de anomalías genéticas a realizar al inicio de la gestación.

Mi respuesta siempre iba a parar al mismo tiempo: es necesario tomar partido previamente a la ejecución de cualquier prueba pues el equipo médico, en general, tiene referidas las pruebas de control a un planteamiento eugenésico. Cuando hablo de tomar partido me refiero a poderse plantear que hacer ante la noticia y no que sea obligatoria una resolución abortista ante la noticia de que el bebé no corresponde a las expectativas genéricas de cualquiera en el tema.

Me parece penoso que con el discurso de la diferencia, la diversidad, la abertura de todo tipo, se acompañe la falta de compromiso, responsabilidad, tolerancia y dedicación con los demás. He atendido a mujeres que han dado a luz a Síndromes de Down, que evidentemente se han impactado en el encuentro de esa realidad pero que posteriormente nunca han verbalizado que no hubieran deseado vivir esa experiencia.
Hay un libro maravilloso de Jose Mª Espinas, llamado OLGA, el nombre de su hija, una mujer que presenta esta característica genética y no parece haya sido traumática esa experiencia sino el modo en que los demás no les ayudaron a adaptarse a ella después de su venida al mundo.
Hay personas que nacen “normales” y que convierten su vida y la de quienes conviven en un infierno, por drogas banalizadas, por actitudes suicidas y egoístas o por simplemente falta de respeto a la vida y a pesar de ello existe cierta ética de amparo y de deseo de rehabilitación. Se reacoge a los heridos de guerra, a los disidentes, a los accidentados y evidentemente a las personas que sufren enfermedades degenerativas, porque es tan difícil abrir puertas a otras posibilidades de vida. No es seguro que nacer sin taras sea un seguro de nada para nada y la vida tiene sentido en su capacidad de vivir lo que acontece.