A veces el tiempo no me da de sí.

MODO SIN MODO (A raíz de la lectura del maestro Eckhart)

Para ser comadrona y desarrollar esa labor asistencial y de relación es preciso tener un modo sin modo.

No existe un modo determinado de ser mujer, de estar gestante, de envejecer, pero si es necesario tener (un) modo con el que se pretenda hacer lo que se hace. Aunque es cierto que el objetivo de lo que se aspira conseguir no tiene modo determinado, sí debe tender a lograr la capacidad máxima de poder vivirse consciente, serena y satisfactoriamente.

Dicen que en el nivel más inferior del ser (Aristóteles), se haya la relación, pues es la que contiene menor cantidad del ser, es decir de sustancia, pero cabe entender eso como el esfuerzo de comunicación, compresión y compromiso que envuelve a las personas que se encuentran con un objetivo que las enlaza más allá de sí mismas.

De modo que para alcanzar permanencia en el lugar propio, que nos define como profesión, es indispensable evidenciar nuestro modo común de actuar, con los matices personales – que son múltiples y variados en nuestro conjunto de profesionales-, para así obtener cierto ser sustancial y concreto que permita a nuestras jóvenes colegas en formación saber a donde van y cómo ir.
Y desde otro modo, para que se abran propuestas novedosas, en más modos, de la atención a las mujeres de su salud procreativa, para que las propias mujeres sean sensibles y las seduzca la recuperación de su verdadera sexualidad y capacidad, en su auténtico modo de ser.